Entrevista a Vassily Ivanchuk


“Lo principal es que el ajedrez es una profesión”.La siguiente entrevista ha sido traducida de la revista “64”. Fue realizada por Ilyá Odessky , periodista y Maestro Internacional de ajedrez, autor del libro en ruso “La asombrosa vida de 1.b2-b3” publicado en Moscú en el 2008. Le entrevistó durante el nacional por equipos de Rusia, liga en la que juegan muchos de los más fuertes jugadores del mundo. La encontramos atractiva porque Ivanchuk habla de temas generales de interés para los ajedrecistas. Porque algunas de sus respuestas muestran aproximaciones útiles, tratándose de un jugador de los mejores del mundo que se mantiene en la elite hace más de 20 años. El ucraniano posee también una personalidad que le hace simpático al público. Según manifestó hace algún tiempo en otra entrevista de la “64”, gusta mucho de aprender idiomas y esta en sus planes progresar en el idioma español.
Vassily Ivanchuk nació en la Unión Soviética, en la República de Ucrania, en la pequeña ciudad de Vereshán, el 18 de Marzo de 1969. Es de la generación de Gelfand nacionalizado israelí y también nacido en la URSS y de Anand nacido en la India. Su padre abogado y su madre profesora de Física. Comenzó a jugar al ajedrez a los 6 años. Resolvía los problemas de ajedrez que aparecían en las famosas revistas soviéticas “Técnica y Juventud” y “Ciencia y Vida”, esta última de circulación actual en Rusia, Bielorusia y Ucrania.
De memoria extraordinaria, podía reproducir las 42 partidas del interminable match Kárpov-Kaspárov por el titulo mundial 1984-85. Como el recuerda: “ Aprendí con las partidas de Botvínnik, y según su método de preparación. Estudié también a los demás campeones del mundo”.
Luego de éxitos crecientes en el año 1987 gano el poderosísimo campeonato nacional de la URSS, siendo estudiante del Instituto de Ajedrez en la Facultad de Educación Física de Lvov. En los 3 años siguientes siguió ascendiendo hasta alcanzar la élite mundial situándose en puntaje ELO 2735 detrás del entonces campeón mundial Kaspárov. En 1991 ganó el campeonato de Linares superando a Kaspárov y a Kárpov entre otros maestros de la elite.
A principios de los años ´90 se casó con una estudiante de la Universidad de la ciudad de Kazán. Alisa Galiámova, también ajedrecista conocida. Tuvieron un hijo pero la vida en pareja no prosperó y se separaron al poco tiempo volviéndose Alisa a su ciudad natal con el hijo.
Actualmente vive en la capital ucraniana de Kíev, y juega en la liga por equipos de Rusia, defendiendo en las competencias internacionales a su país, Ucrania.
Su filosofía del ajedrez la resumió alguna vez así: “ se encierra en esto, en buscar permanentemente la superación y no descansarse ni detenerse en los logros. Aunque parezca banal. Cualquier ajedrecista del nivel que sea , puede alcanzar mayores logros…y no solo en nuestro amado juego”.

Entrevista a Vassily Ivanchuk.
Se mostró en Dagómis como el principal líder del equipo ruso “Saránskovo TPS”. El Gran Maestro ucraniano atravesó todas las etapas del torneo sin eprder una sola partida. Ganó de negras a Morozevich y Ponomáriov. Obtuvo el primer lugar en el primer tablero. Apenas concluída su última partida brindó una entrevista a Ilyá Odesky, que reproducimos a continuación.
-El torneo fue duro. El nivel de los equipos muy alto. De hecho constituye una paradoja: el torneo nacional por equipos de Rusia se considera casi clasificatorio del por equipos de Europa entera, y además obtener el primer puesto aquí en Rusia es mucho más difícil.
-Antes que nada destacar que en Dagomis ha existido una excelente organización. Comparado con la edición del año pasado, la comida, por ejemplo, es mucho mejor. Todo bien ordenado, la sala de juego, todo. Quisiera felicitar a los organizadores y desear que la próxima edición sea aún mejor.
-Todos considera que Ud. ha jugado brillantemente.
-Estoy conforme con mi juego. Antes de Dagomis hubo varios torneos en los que hubiese querido obtener mejores resultados. Linares, Mónaco… Aquí pude rehabilitarme y recuperar puntaje.
Espero que los resultados mostrados en Dagomis den un buen estímulo a aquellos que se esfuerzan en la preparación del “siguiente” torneo después de haber tenido malas actuaciones en otros.
-Cómo se mantiene en forma? Sucede a veces que uno desde el principio sabe que las cosas le irán bien y en ocasiones exactamente lo contrario. Tuvo alguna de esas sensaciones al empezar?
-Es difícil evaluar el proceso del torneo entero, máxime teniendo en cuenta su larga duración. Hablando claro, yo me concentré no en el torneo como un todo, sino en cada partida concreta. Por supuesto cuando el torneo es particularmente crítico para uno y se dispone de tiempo para preparar cada partida, es razonable trazarse una estrategia general para el torneo, tomando este como un todo. Pero aquí en Dagomis no había tiempo para prepararse . Por eso simplemente jugué partida por partida. La preparación fue específica para cada una en función de cada rival.
-Sucede a veces que durante el desarrollo de la competición se pierde el tono y luego se retoma.
-Perder la forma en un torneo y luego recuperarla, me resulta difícil. Otro asunto es el hecho de que durante la competición el jugador experimenta una fuerte presión psicológica, la cual no es fácil de manejar. Tanto presiones positivas como negativas. Lo que se llama “stress positivo” y “stress negativo”. Además las caídas en el juego son inevitables.
-Pareció que para Ud. las principales fueron sus partidas con vuestros compatriotas ucranianos. Entiende a quienes me refiero. Mirándole, cuando jugaba contra el ruso de San Petersburgo, Svidler vuestra actitud era muy diferente que cuando lo hacía con Ponomáriov. En este último caso s e puede decir que su rostro desprendía fuego. “Victoria o Muerte” era lo que se leía en él en esos momentos.
-Puede ser…No puedo siempre controlar mis expresiones . Es difícil de decir…Pero no creo que estuviese menos movilizado interiormente cuando juagaba con Svidler. Simplemente no quedé con nada especial de la apertura y no pude luego desarrollar ninguna ventaja. De hecho quedé un poco peor. Ofrecer tablas en tal situación fue la decisión más razonable. Por otra parte con Ponomariov no hubo de mi parte la más mínima agresividad interna. Como no la hay contra ningún jugador. Me esfuerzo por jugar al ajedrez y no me ocupo durante el juego de rumiar en recuerdos de relaciones personales con tal o cual persona.
Principalmente me enfoco en estar alerta a que la situación no se torne peligrosa en el tablero. Es muy fácil, especialmente con negras, perder la objetividad en la valoración de la posición. Con blancas, por ejemplo, se puede uno establecer un objetivo local: recibir una cierta ventaja como producto del juego de apertura.. Aunque esto no sucede tan fácilmente siempre , ni mucho menos. Y pretender por su parte con negras cualquier objetivo de agresión fácil…
Si, sucede a veces, que la situación en un torneo determinado exige un planteo agresivo de fondo, como en los sistemas nock-out. Ahí es necesario ganar aún si es con la nariz ensangrentada, porque da lo mismo hacer tablas que perder. Se pierde en ambos casos.
Si pierdes la primer partida con blancas es necesario luego ganar como sea , pues habrá ya para tu situación en el torneo poca diferencia entre entablar o perder.
En la competición por equipos hay que tener en cuenta, en primer lugar, el interés colectivo. Por ejemplo, en una posición más o menos igualada si al equipo le son útiles unas tablas, sería tonto correr riesgos innecesarios.
-Existe realmente un “equipo” en los torneos por equipos? O se trata de un mito?
- Sin duda existe un elemento de “equipo”. Aunque muy diferente al que se da en otros deportes, como el fútbol. Si es difícil imaginarse en el fútbol que un jugador juegue solo, sin apoyarse en los demás de un modo u otro, si es posible en el ajedrez y de hecho así sucede. Es muy conveniente que cada jugador del equipo se concentre por completo en su partida “olvidándose” de lo que sucede a los compañeros con las suyas.
Por otra parte, cuando se da un match entre dos clubes muy parejos en fuerza, lo normal es que se evalúen riesgos considerando todas las partidas. En este caso no es inteligente tomar decisiones individuales como si se estuviese jugando solo. Se está jugando en equipo. Hay que ver que está sucediendo en los otros tableros, tener todo en cuenta, y consultar al capitán. Por tanto siempre habrá en los match por equipos elementos de lucha por equipos y no se puede obviarlos. Hay que saber tenerlos en cuenta en una estrategia de match.
Otro aspecto clave es la relación entre los integrantes del equipo. Por suerte juego por un club en el cual estoy muy conforme con las relaciones humanas. Ayer juntos, tomábamos tranquilamente el té y mirábamos el programa (ruso) “Qué? Dónde? Cuándo?....hay muy buena relación. No es un detalle menor.
-En este torneo de Rusia por ejemplo, pareciera que el equipo Urales tuviese un muy buen espíritu colectivo. Y sin embargo poseen jugadores muy fuertes tomados individualmente. Ganaron además el campeonato.
-Y quién dijo que la fuerza individual de los jugadores integrantes de un equipo va en contra del espíritu colectivo?
Recuerdo claramente el Match Rusia/Resto del Mundo del año 2002. En ese entonces jugué como ucraniano, por el equipo Resto del Mundo. La fuerza de nuestros jugadores tomados individualmente era indiscutible. Y la relación era excelente.
Al revés, en base a qué hay que suponer que entre jugadores de menor fuerza habrá mejor espíritu de equipo? Perfectamente pueden darse problemas de relación y deteriorarse el equipo.
No veo, por tanto en este aspecto una relación predeterminada entre fuerza individual de los jugadores de un equipo y el espíritu colectivo reinante en él. La fuerza de juego ajedrecística es una cosa y la relación entre personas, otra. La fuerza de juego se refleja en un ELO alto o bajo, nada más.
Cual era el microclima del equipo Urales no estoy en posición de juzgarlo. No tengo relación especial con los jugadores de ese club de Ekaterimburgo. Y que hayan ganado del increíble modo que lo hicieron merece todo mi reconocimiento.
-Aquí en Dagómis hemos conversado con muchos jugadores. Dos de ellos, de ELO en el entorno de 2650 nos han comentado que abandonaban el ajedrez profesional por cuestiones económicas. Por un lado pareciese que el ajedrez crece y por otro hay quienes hablan de “crisis” en el ajedrez.
-No sé hasta donde pueda hablarse de mejora y crecimiento en el ajedrez en general. Sí se puede hablar de ello en el ajedrez por equipos. Hay ligas poderosas en Rusia, Francia, Alemania, Holanda y Croacia. Incluso en Eslovenia y Turquía. En otros países el nivel crece. Olvide, por supuesto, mencionar la liga de España.
Hay crecimiento también en la competencia entre clubs. Y en las de elite como Linares y Wijk aan Zee es demostración el hecho de su continuidad adaptándose a nuevas ideas como la combinación Linares-Morelia (España-México). Aparecieron además torneos completamente nuevos como el de Foros en Ucrania. Así, que por lo pronto, crisis y decadencia no hay.
Pienso que el ajedrez infantil también va hacia arriba. Cuantos torneos, festivales, campeonatos de las distintas categorías en todo el mundo?
Respecto a los torneos Open… Me es difícil evaluar. Participo en ellos raramente. Qué cosa ha mejorado y cual empeorado allí deben evaluarlo quienes participan con frecuencia en ese tipo de torneos.
-Si mirásemos adelante, 3, 5, 7 años, se sigue viendo así mismo como ajedrecista? Y si mirásemos más lejos aún , su camino puede ser parecido al de Kórchnoi?
-Víctor Lvóvich * es un caso extraordinario. En realidad es asombroso. Sería muy feliz si a su edad aún jugara con tal fuerza. Pero no puedo ir tan lejos en mis pronósticos. (*Nota de la traducción: Ivanchuk dice Víctor Lvóvich al referirse a Víctor Kórchnoi. En ruso el modo más respetuoso de dirigirse a una persona es por su nombre y patrónímico. Esto es Víctor hijo de Lev que es el nombre del padre).
De momento juego al ajedrez y no puedo decir que pienso seriamente en otra profesión. Incluso si pensase en dedicarme a los negocios u otra esfera, en una primera etapa sería combinándolo con el ajedrez… pero ahora me resulta difícil imaginar otra profesión que me atraiga tanto…Y sin embargo… no es bueno aferrarse tanto a una sola cosa. Todo puede cambiar.
-Qué me diría si afirmo que el ajedrez es un mundo ilusorio, cerrado en sí mismo, como en una pompa de 64 casillas? Existe en sí la profesión de ajedrecista?
-Porqué pensar que el ajedrez es un mundo ilusorio? No entiendo. Al fin de cuentas este mundo se conforma con personas reales, con encuentros de ellas en torneos…¡y libros!...también discos y programas de TV . es todo esto ilusorio? Gente real, encuentros reales.
Ilusorio puede ser considerado algo que no conocemos y sobre lo cual fantaseamos. Por ejemplo, hay vida en Marte? O hay vida después de la muerte? Nadie ha vuelto y podría corroborar fehacientemente haber sido testigo pleno. Bueno, excepto Jesús Cristo, supongo. Pero incluso es un caso extraordinario. No se puede poner al mismo nivel a Jesús Cristo con nosotros, la gente común.
Nuestro mundo del ajedrez es un mundo real. Eso pienso. Y tampoco estoy de acuerdo con la idea subyacente del ajedrez como una pseudo-profesión o una profesión de segunda categoría. Creo que como hacia cualquier profesión, absolutamente hacia cualquiera, hay que tener una actitud respetuosa. Y a cualquier persona que logre, no ya la maestría, sino un alto grado de profesionalismo en lo suyo, hay que mirarla con respeto.
No podría encontrar ni una sola profesión en este mundo de la cual pudiera decirse que es más “real” que el ajedrez. Respeto cualquier profesión y no puedo decir que el ajedrez es una ocupación más importante que ninguna otra…ni tampoco lo contrario. El ajedrez como profesión está al mismo nivel de “realidad” que cualquier otra. Los ajedrecistas mueven unas piezas y juegan su partida. Escriben libros. Tienen alumnos y profesores. Aprenden, en cualquier caso.
Los ajedrecistas tienen a través del ajedrez su relación con el mundo, como sucede con cualquier otra profesión. No digo ni mejor ni peor. Distinta. Con sus peculiaridades. E ajedrez imprime de un modo u otro sus influencias en la conciencia de la persona que lo practica, en su mentalidad. En la URSS se dio una intensa discusión sobre el ajedrez, si se trataba de una ciencia o de un arte o aún de un deporte. En la actualidad, creo, nadie ya discute que el ajedrez como práctica, implica elementos de psicología y filosofía personales. Elementos de lucha, y elementos de competición comunes con otros deportes.
Todo esto permite aproximarse al ajedrez como una práctica del nivel más elevado y “real”.
A nivel del campeonato del mundo esto cobra mayor realce aún. Por algo escribió Kaspárov como Aliójin (Alekhine) se preparaba para su match con Capablanca a varios niveles, practicando incluso para el autocontrol la disciplina del arte marcial del karate. Y habría que ver hasta que punto eso no fue provechoso a nivel psíquico-físico. Kórchnoi, por su parte , para el match de Baguío con Kárpov, rodeado de una tensión e intriga insoportable, recurrió a la práctica complementaria del yoga…
El ajedrez es también una práctica artística de alto vuelo. En este plano no se diferencia por ejemplo de la música. Para ejecutarlo bien hay que aprender a dominar una técnica. Incluso la gente ajena al ajedrez, cuando entra a una sala de juego, especialmente en los momentos de tzeinot final, siente la tensión y la energía emocional en juego y entiende que allí está pasando algo importante para los implicados…
Suceden cosas curiosas. En EEUU por ejemplo, el ciudadano medio no considera al ajedrez una profesión en serio. Y sin embargo muchísimos padres compran lecciones de ajedrez para sus hijos. Los niños se entrenan con ganas y entonces los padres les dicen en un momento determinado: “Ya está bien, es suficiente. Conviene ahora que dejes las clases de ajedrez y te dediques a algo serio”. Esto es extraño. Pero es la vida.
En la Unión Soviética la situación del ajedrez era mucho mejor. El ciudadano común, sin ser en absoluto especialista, o siquiera ajedrecista, tenía un enorme respeto por el ajedrez. En cualquier caso mucho mayor de lo común en Occidente.

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