Final del Campeonato Uruguayo 2009.

En esta partida de la ronda 8, que filmamos en sus minutos iniciales, Daniel perderá el invicto que ya le estaba arrimando "peligrosamente" al primer puesto final. Bernardo llegó en hora,como siempre. Daniel media hora tarde. Lo que incidiriá en las jugadas finales decisivas. Lo lindo del comienzo de la partida es que la camara capta lo tan Daniel de Daniel y lo tan Bernardo de Bernardo. Y cuando cada uno es cada quién las cosas tienen la belleza de lo auténtico.
Mientras realizaba la filmacion me preguntaba si Daniel llego tarde por incapacidad ("libertad o necesidad" según las categorías de Erich Fromm) de llegar en punto o por generar presión psicológica en su adversario o en realidad por un poco de las dos cosas.
Es un tema en sí en el ajedrez competitivo, el porqué hay jugadores que no pueden llegar en hora. Se trata acaso de un "defecto" ajedrecísitico en terminos de competición, como lo es la recurrencia a quedar entrampado en situaciones de tzeinot?
Tambien me preguntaba si Bernardo demora tanto en realizar su jugada 2. por respuesta a la llegada tarde de Daniel, o por otro motivo.
El llegar tarde es muchas veces una "actitud". Es un modo de retener el tiempo el inicio del desenlace. En muchos otros es una incapacidad, una conducta recurrente motivada por razones que el jugador ni conoce ni mucho menos controla, porque poco tienen que ver con el ajedrez En muchos casos es también un modo sutil de marcarle el ritmo al otro. Puede darse en varias combinaciones. Y puede suceder simplemente que uno perdió el bus o tubo que ir corriendo al baño en el momento de salir de casa. Aunque hasta esto último podría tener motivaciones no tan superficiales.
Todos los que competimos en el juego de ajedrez con control de tiempo hemos estado de los dos lados de la situación.
Pudiera ser que Bernardo le este diciendo a Daniel: "Mira cabrón,tú llegas tarde, pero no te creas que serás quien con eso establezca el inicio del baile"... "Ahora serás tu quien va a esperar"..."porque todos sabemos quién es aquí el que manda"...
O pudiera ser que Bernardo quiera dedicar unos minutos a concentrarse , a sentir que es lo que va a responder y a sentir al adversario, a su estado de ánimo, su energía su disposición concreta para la lucha que se esta por desatar. Y también pudiese ser -como en general sucede en la vida- que sea un poco de las dos cosas.
Sí. Me atrevo a decir, que, a su manera, cada uno disfruto intensamente esos minutos de atraso. El llegar tarde tiene ún burbujeo agradable similar al que produce el azar, la espera expectante al recibir las cartas y en que todo está en juego. Y el darse unos minutos de recogimiento con el rival enfrente esperando, sin duda también produce placer. Es legítimo, es el deporte, es la lucha. En eso estamos.
Es probable también que por nuestra parte, al reflexionar estas cosas estemos cayendo en la situación de aquél crítico , Jerome Seckler, que en 1945, le decía a Picasso orgulloso de su sagacidad y con tono complice, de quien entiende de los asuntos: - Sin duda, en su cuadro, el toro, la paleta y un libro representaban respectivamente al fascismo,la luz y la libertad. A lo que Picasso respondió: - En realidad, en mi cuadro, el toro es un toro, la paleta una paleta y el libro un libro.
Para sacarme la duda lo mas directo será que le pregunte a Bernardo que es lo que hace cuando no mueve en la jugada 2. Hoy hizo lo mismo ante Guerrero en la jugada 1.
Pero no dejó de llamarme la atención. Aunque no sea aquí el caso, estas cuestiones existen y pueblan nuestro mundo interiro en los intensos y dulces instantes de los inicios de una partida de ajedrez de competición. Como interesado en la psicología de la competencia deportiva y en la competición misma de ajedrez,y por encima de todo, en los seres humanos mismos que la desarrollan, me interesa mucho el tema. Me solazaba por todo ello, con esas reflexiones, mientras realizaba el video.
Lo cierto es que esta partida puede estar costandole la posibilidad de ganar el campeonato a Daniel y Bernardo se crece y creo que del todo.
-Marcel Blanchard.