Dado el curso que van tomando las páginas dedicadas a este juego ciencia, y en particular por las próximas olimpíadas a diputarse en Siberia, y siendo este por suerte un país democrático, me voy a permitir hacer algunas apreciaciones.
Primero quiero aclararles que no práctico este juego, sino que soy una entusiasta del mismo y que tengo un hijo que si lo juega con gran entusiasmo y pasión. Por lo que soy una lectora diaria de todas las páginas existentes y a través de ellas sigo paso a paso todos los torneos y comentarios.
Por suerte la democracia también existe en el ajedrez y sus autoridades fueron electas según los estatutos vigentes en la federación en diciembre pasado y por lo tanto tienen todos los derechos que estos le confieren, podemos no estar de acuerdo con todas sus resoluciones pero si debemos respetarlas. Esto no quiere decir AMEN a todo. Esos mismos Estatutos nos dan las herramientas para poder llegar a vetarlas. Pero nunca nos debemos apartar de ellos.
Cuando uno se presenta ya sea a concurso para conseguir trabajo, un ascenso, etc…, a un campeonato o compra una rifa simplemente, conoce las reglas de antemano y las mismas no deben ser modificadas a posterior, de lo contrario esto si sería muy poco serio y ético. Imaginemos que en medio de un torneo de ajedrez nos cambien las reglas y nos digan que el campeón va a ser el jugador que obtenga menos puntos, o él que a pesar de perder haya jugado mejor, o simplemente el que llegó siempre en hora a las rondas, cuál sería la reacción del resto de los jugadores y del propio involucrado?
Asimismo también creo que cuando uno se presenta a los mismos esto conlleva una serie de derechos pero también de obligaciones que debemos estar dispuestos a aceptar. Aquí la pregunta es: está bien que se presenten a los campeonatos y luego de obtenidos los resultados, desestimen lo que no les sirve y se queden con lo que si les sirve. Parto de la base que quienes no se presentaron a competir, el torneo más importante a nivel nacional, fue porque tuvieron razones muy importantes para ello, habiendo desestimando en su momento su posibilidad de concurrir a la olimpíada a defender nuestro paisito.
No hemos logrado a los largo de la historia de nuestro País, la integración del ala femenina al ajedrez, eso es así, dicho por las mismas jugadores que hoy componen su historia pasada y presente. Debemos bregar por mantener y crecer, desarrollando políticas al a corto, mediano y largo plazo al respecto.
Resumiendo creo que habría que intentar nuevamente hablar con las 5 clasificadas para tales fines, si el problema es económico, buscar formas de contribución, y de lo contrario Uruguay se presente con las jugadoras confirmadas.
También debemos buscar formas de equidad para que todos los ajedrecistas puedan tener las mismas opciones de salidas al exterior, que hoy no las tienen, lo que no solo los motivarían, sino ayudaría a elevar el nivel internacional en ambas ramas.
Dejo aquí mi granito de arena, siempre con ánimo de ayudar a construir.
Ma. Graciela González
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